Xavi Pascual, y el amor que nunca volvió.
A principios del 2015, Jordi logró que le entregara un artículo sobre Xavi Pascual, cosa que me venía pidiendo desde hacía tiempo. Año y medio después (esta vez sin que nadie tenga que pedírmelo) os voy a contar el final de «lo nuestro».
Dicen que lo último que se pierde es la esperanza, y a mí era lo único que me quedaba, tras la victoria del FC Barcelona ante el Real Madrid in extremis, con un Lampe que se ganó una renovación que seguramente no se merecía. Pero ya sabemos lo que gusta en el conjunto azulgrana lo de premiar a los héroes momentáneos… y ningunear a los históricos.
El curso 2014-15, (el último del instituto) empezó y acabó mal. El equipo de cheerleaders comandado por la chica rubia de Madrid estuvo en plena forma durante todo el año. Paula y sus chicas dominaron todas las competiciones en las que participaron, y acabaron el curso ganando todos los torneos (nacionales e internacionales). El equipo de Xavi, por el contrario, estuvo falto de ideas y de intensidad, por lo que cada competición en la que se enfrentaban sacaba a relucir la impotencia de Xavi, frente a la exuberancia y explosividad del equipo de Madrid. Faltó fuerza, frescura y sobró aburrimiento en unas coreografías ya conocidas por todo el mundo.
El curso 2015-2016 empezó con algunos cambios significativos. Xavi se apuntó al gimnasio. Quería ponerse fuerte, que sus músculos destacaran sobre sus vestidos de niña buena, y las joyas discretas y delicadas. Para el curso que empezaba, quería mostrar otra cara y decirle a la rubia de Madrid que estaba en plan guerrera.
El primer año de universidad empezó muy bien. La musculatura hacía su efecto, y las amistades llegaban en plena forma, y con ganas de demostrar su importancia desde el primer minuto. En contra, las cheerleaders de Madrid, venían de un verano muy movido y les costaría arrancar.
Con el paso de los meses, se demostró que todo no había sido otra cosa que un espejismo. Los músculos se empezaron a agarrotar con frecuencia, y los pasos bien aprendidos hasta entonces, dejaron de funcionar en los momentos clave. Xavi no encontraba soluciones, o quizás no las buscaba en la dirección correcta.
Sin ser un dominio tan aplastante como en el curso anterior, Xavi se vio superado por la chica rubia de Madrid, que se llevó todos los campeonatos locales (debacle en el torneo de Febrero y derrota demasiado clara en el de Junio) mientras que ambas no se pudieron clasificar para el gran baile europeo (que ganarían las rusas).
Sin duda, el amor no volvió, y Xavi ha decidido (han decidido) que va a cambiar de Universidad, ahora que estamos ya a medio camino de la Diplomatura. Dos años de fracasos continuados, con demasiados cambios en el equipo (que no han surgido su efecto), y viendo como la rubia le pasaba siempre la mano por la cara, han hecho que lo nuestro sea, definitivamente, un amor imposible.
Se acabó nuestro amor Xavi, y no porqué yo no lo haya intentado… Te he venido a ver a todas tus actuaciones, has tenido siempre mi hombro para apoyarte en los momentos difíciles, pero no supiste reaccionar a tiempo, y yo no puedo estar con alguien que no demuestra la misma pasión que yo.
Que te vaya muy bien en tu nueva Universidad, que te quieran como yo te quise, que te aguanten como yo te aguanté, pero sobre todo, que seas feliz. Si tú lo eres, los demás lo seremos.
Te desea lo mejor, tu querido X.
Articulo de opinión escrito por Xavi Pitarch en twitter: @SlowMotion1981 autor del blog xaviasque un blog en que habla de todo un poco…desde su particular visión.
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